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Guloya es teatro y teatro es historia

  • Pasquale Sorrentino
  • 11 abr 2019
  • 7 Min. de lectura


El teatro es una forma de expresión artística caracterizada por la representación de una historia por actores en vivo, pero también una de las ramas del arte más complejas y menospreciada en algunos países de Latinoamérica, incluyendo a la República Dominicana. A pesar de haber perdido protagonismo en las últimas décadas, aún existen organizaciones y espacios como el Teatro Guloya, una compañía que se mantiene firme y dedicada a este arte.


Historia, colores, música, dramatismo y cultura adornan las paredes y los rincones del local de no más de 300 metros en la Zona Colonial que tiene por nombre ‘’Teatro Guloya’’. Un homenaje al arte dominicano que luego de varias décadas con sus puertas abiertas, continúa honrando sus raíces.


Ubicado en la calle Arzobispo Portes de la Zona Colonial del Gran Santo Domingo, con una fachada cuyo aspecto es más bien hogareño, se encuentran 12 años de historia de la mano de 5 actores que soñaban con tener un espacio abierto a la imaginación donde pudieran presentar puestas en escena de calidad y, sobre todo, mantener viva la llama del teatro en el país.


“El Guloya: sinónimo de familia y trabajo en equipo”, así lo comenta Claudio Rivera, fundador y director de este proyecto sin fines de lucro, que no es más que un tributo a la danza y al teatro de calle de San Pedro de Macorís con influencias cubanas, concepto que creó junto a las hermanas Elsa y Mari Liranzo, el actor Arturo López y su esposa Viena González.


‘’Antes de llegar a ser lo que hoy en día se ve en la Arzobispo Portes, el Guloya no fue más que una lluvia de ideas combinadas por un grupo de actores que buscaban la posibilidad de jugar a ser otros, la posibilidad de buscar una realidad y evocar en la mente de los espectadores lo que se sugiere desde la escena, y esa posibilidad de inventar una realidad distinta pero que está altamente conectada con la cotidianidad, con preocupaciones y con los sueños”. explica Claudio con los ojos brillosos.


¿Cuál éxito?

Al entrar en la pequeña sala con capacidad para unas 50 personas, surge la incógnita de si el trabajo y los años han sido fruto de alguna ganancia más allá de los aplausos, a lo que Claudio, con una voz firme pero serena como si leyera los pensamientos responde:

‘’Primero hay que detenerse a pensar en la palabra éxito, porque si es éxito económico o éxito de farándula, no hemos tenido ninguno, gracias a Dios, ni tampoco nos interesa. El éxito que nos ha interesado a nosotros es la posibilidad de ser reconocidos por los espectadores como trabajo de calidad y un trabajo que puede conmoverlos y moverlos sobre todo a ser mejores personas’’ expresó.

Éxito que puede darse por hecho, pues cada año el teatro Guloya esta presente en los escenarios dominicanos, y sus obras han sido admiradas y disfrutadas por muchos.

¿Y el apoyo pa’ cuando?

En un país donde aún prevalece el deseo de hacer buen teatro y utilizar esta plataforma para llegar a inspirar a otros, no existe un apoyo sólido por parte de las autoridades pertinentes. Hace años que los teatristas gestionan una ley del teatro en diferentes coyunturas, organizando reuniones con el Ministerio de Cultura en varias ocasiones para discutir e intercambiar ideas.


Se han creado comisiones, se han hecho bocetos en manos de Paula Disla, de Franklin Domínguez, y Karina Valdez, actores y directores de teatro que se consideran fundadores de este oficio en el país con la idea de que se llegue a un consenso del colectivo de los hacedores del teatro, y aplicar una ley para que el estado asuma compromisos legales, con fortalecer, estimular y proteger la actividad escénica pero sobre todo, apoyar y estimular el desarrollo de la dramaturgia, de los emergentes, de gestionar becas para jóvenes de escasos recursos, de la formación, de los espacios informativos donde el único beneficiado sea el dominicano.


En el caso del Guloya, desde el año 2018 empezaron a recibir de una subvención del Estado dominicano, por ser una organización no gubernamental. Fue registrada en el 2004 y no es hasta el 2018 que reciben esa subvención, al igual que muchas ONG de cultura del país, que están regidos por la ley de ONG y que por ello deben rendir cuentas al Ministerio de Hacienda.


A pesar de no contar con una ley de teatro establecida, en el país se ha visto un notorio avance en esta rama artística, contando con muchas más salas de teatro, mejor equipamiento técnico y con una programación estable, como en el caso del Guloya, que pone en escena de 250 a 300 obras anuales y todas, según su director, con su público fiel.


‘’De hecho esta semana presentaremos Otelo…Sniff, basada en la obra de Shakespeare, una obra que ya tiene 18 años presentándose, porque hay gente que la disfruta. Esa es la razón fundamental, el público que nos dice si funciona o no funciona. Por ejemplo, Platero y yo, estamos desde el año 97 presentándola y así otras obras que están en repertorio, 2,3,4 y 7 años que mientras haya espectadores que la disfruten, la estamos presentando’’, todas a pulso de Claudio, quien también expresó que lo peor en este oficio es desempeñar el rol de actor, productor y director al mismo tiempo.


En el Guloya se presentan diversas propuestas teatrales para todo tipo de gustos. El humor predomina con los Stand Comedy, que consiste en una rutina de chistes y comentarios jocosos de la mano de un actor que va contándolos en escena en forma de monólogo. También se presentan obras como: Mal Educadas, Otelo, El Túnel, lectura dramatizada y no sólo obras, sino que también entre las propuestas podemos encontrar danza y conciertos bohemios.


“El teatro dominicano es una de las actividades culturales más dinámicas que existen. Cada año se presentan más de 100 producciones. Tanto así, que los fines de semana tenemos 2, 3, 4 y hasta cinco producciones simultáneas”. Afirmó el periodista y miembro de Acroarte, Francis Mena, quien agrega que las grandes producciones puestas en escena son gracias a los actores, directores, dramaturgos y productores, que ponen un especial empeño en presentar obras de calidad, dignas de ser representadas en cualquier escenario del mundo.


Hablemos de festival

Anualmente el Ministerio de Cultura y organizaciones de otros países se fusionan para mostrar en escena una recopilación de las mejores obras de Latinoamérica de manera que se fomente el arte y la cultura. El teatro Guloya es uno de los principales organizadores de este evento, a lo que Rivera ha hecho énfasis en los medios de comunicación, en vista del peligro que dicho festival corría de ser suspendido.


Para el director, los festivales, ya sean regionales, nacionales o internacionales; son una fiesta, una celebración especial del teatro que merece empeño y dedicación. “El Festival Internacional de Teatro es como una expresión cumbre de esa fiesta, porque no solamente estamos los locales, sino que nos encontramos, generamos intercambios creativos, pedagógicos y de reflexión con artistas de prestigio de otras tierras y el público se disfruta el poder confrontarse, recibir esa propuesta estética no solo local si no de gente y de artistas que normalmente no tienen acceso’’. Expresó, luego de haber encabezado con éxito una campaña en contra de la suspensión del festival.


La prensa, aliada del teatro

Aun siendo un arte clásico que con el paso de los años ha sido desplazado por nuevas manifestaciones populares como el cine, el teatro ha sabido mantenerse relevante, con producciones que pueden llamar más la atención que una cinematográfica. Además, este siempre ha contado con la presencia en los medios.


“La prensa siempre ha sido aliada del teatro. Si buscan en las publicaciones de los periódicos o las programaciones televisivas, siempre aparecen entrevistas con los elencos de las obras que se presentan”. Expresó Mena.


Yo quiero ser actor.

Otras de las razones por las que el teatro se ha visto opacado en el país es la creencia de que no hay oportunidades para los nuevos talentos. Existe la cultura general de “de eso no se vive” y que los papeles siempre están a cargo de las mismas personas.


Sobre esto, la joven actriz dominicana Brayvelin Perdomo opina todo lo contrario, “si existe oportunidad en el teatro, al igual que todo en la vida, pero hay que trabajar muchísimo para poder conseguirlo dignamente. Todo depende de qué tan sorprendente sea tú talento, porque de actuar todos podemos y lo hacemos cada vez que decimos alguna mentira, inconscientemente el ser humano en es actor, pero aparte de cómo actúas y la clase de personaje que puedes interpretar, para llegar a ser un actor reconocido en República Dominicana, debes trabajar, crear relaciones con personas importantes del medio que sepan apreciar lo que tienes para dar.” Declaró.


Así afirmó Francis Mena, quien indica que de todas las obras que se presentan en el país, por lo menos el 60 por ciento contiene en su elenco actores y actrices jóvenes, la mayoría egresados de la Escuela Nacional de Arte Dramático (Enad).

“En el caso del Teatro Guloya, siempre tiene en sus montajes un gran porcentaje de actores y actrices jóvenes. Además, tienen en su programación un festival de teatro para jóvenes y para niños y dan apertura a producciones externas, que contribuyen con la inclusión de nuevos valores de la escena local”. Dijo el periodista.


El Guloya, al igual que otras compañías independientes, busca exaltar los valores, la cultura y el amor al arte, inspirando a las generaciones futuras a continuar con el legado de hombres y mujeres que creyeron en esta forma de expresión y que han dejado un camino trazado en el patrimonio cultural dominicano a lo cual Claudio aconseja de la siguiente manera:


‘’Yo lo que sí siento de corazón es que la gente que ya conoce el teatro que lo proteja, porque lo conoce y sabe el valor intangible que tiene en sus manos. La posibilidad de vivir más intensamente la propia vida frente a un hecho escénico que la cotidianidad y los que no la han descubierto no se imagina lo que están perdiendo. Que se den el chance, el teatro no aburre, el teatro no incomoda y si lo hace tiene que revisarse el hacedor. El teatro debe ser una fuente de placer, una fuente de conocimiento, una fuente de vivir intensamente las emociones y de disfrutar esta realidad que nos ha tocado vivir’’.

Cierra con una energía que solo proyecta amor y pasión por lo que hace.


Teatro Guloya, un homenaje a la cultura dominicana que nadie se puede perder.

 
 
 

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